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lunes, 19 de marzo de 2012

Iván Fandiño, torero

10º festejo de la feria de Fallas. Toros de Fuente Ymbro, de correcta presentación, atacados de kilos, descastados en general, para los matadores Diego Urdiales (Vuelta y aplausos), Iván Fandiño (oreja y oreja) y David Mora (silencio y silencio). Dos tercios de entrada. Viento molesto.  Presidió Amado García.


Con la vorágine de las fiestas josefinas y la conciliación de la vida laboral-familiar, servidor no pudo escribir la crónica de una tarde con más verdad y emoción que muchas tardes de figuras, figurines, gedieses y otras hierbas de parecido pelaje. Porque ayer en el albero de la plaza de Valencia un torero que quiere ser algo en todo esto dió una lección de pundonor, voluntad y valor con su firmeza delante de dos fuenteymbros, los mejores de la tarde pero sin peritas en dulce ante los que había que estar. Iván Fandiño apuntó muy alto, no se dejó ganar, más bien sale catapultado hacia arriba pero con toros de los que piden firmeza y saber estar no la babosa chochona que viene y va y admite ciento y pico muletazos. En sus dos toros estuvo firme, variado en quites, no rehuyendo la pelea que le presentaron, ni el viento más que molesto ni Escribiente ante el que con tres tandas de naturales en la faena precedida de quites por chicuelinas ceñidisimas respondidos por David Mora por unas no menos ajustadas gaoneras, que a la postre sería de lo mejor de la tarde por su parte. Tampoco le perdió la cara a Adulador un toro con hechuras para embestir, que le costaba tomar los engaños pero repetidor cuando se metía en la muleta, donde Iván mejor con la derecha nos obsequió con dos series finales de buena colocación, ligazón y hondura para sacar los mejores pasajes de una feria de tono más que mediocre, y como guinda el tirarse a matar para no perder los trofeos y la salida en hombros más que justificada. En condiciones normales tendría que salir ganador de los premios oficiales pero aquí con las consabidas martingalas y conspiraciones mediático-político-empresariales cualquier cosa puede pasar, si no al tiempo.

De Diego Urdiales una palabra define su tarde: firmeza. Firmeza ante el inválido Ibicenco, que abrió plaza, firmeza ante Hurón que haciendo gala a su nombre protestaba en sus embestidas haciendo más que imposible el lucimiento.

De la actitud y la actuación de David Mora lo dejamos en el haber de la cuenta pendiente, porque si es verdad que topó con el peor lote, su manera de encarar las faenas no pareció la mejor, tanto con Previsor un manso que sólo que buscaba la salida y al que no logro meter en el canasto ni ante Vivaracho un marmolillo que se empeño torear demasiado cerca de las tablas donde más seguro se sentía.

Del encierro de Fuente Ymbro decir que se esperaba mucho más, demasiada inválidez, aspereza en la embestida, mansedumbre, sosonería, en realidad demasiada falta de casta.

Otra nota negativa de la tarde fue la escasa repercusión que tuvo en los tendidos el cartel, dando a demostrar que cuando se montan carteles de aficionados y con fundamentos, el público festivalero se esfuma y no aparece, dando una mala apariencia más que preocupante.



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