Páginas

jueves, 27 de julio de 2017

'La vergüenza del callejón de Valencia' por Carlos Bueno

Vía Burladero.Tv
Callejón repleto el día del festival de Adrián (¿Donde esta uno de la prensa libre comiendole la oreja a un production?)

Hace una quincena de años estuve en el callejón del coso de Valencia con María Abradelo, conocida presentadora de televisión que había sido invitada a ver un festejo de la feria de Fallas. Ante la imposibilidad de que la acompañara el empresario de la plaza, éste me pidió el favor de que fuese yo quien permaneciera junto a ella explicándole los avatares de una tarde de toros. Aunque yo jamás he sido partidario de ocupar un puesto de callejón, accedí por tratarse de una compañera a la que conocía. De principio a fin de la corrida nos mantuvimos tapados con la máxima discreción tras un burladero, hablando siempre en voz baja y sin osar a salir de la barrera ni por un segundo.
A pesar de todo, al terminar la función José Luis Benlloch, reputado periodista con quien entonces yo trabajaba en la revista Aplausos y en la televisión y radio valencianas, me llamó la atención para reprender mi estancia en lugar tan especial. “Elige: arriba o abajo”, en el tendido o en el callejón, se refería. “Si quieres dedicarte a la información taurina ese no es tu sitio”, fueron exactamente sus palabras pronunciadas de forma seria y grave. Me hizo sentir muy mal porque no era mi intención haber estado allí y porque, además, yo había intentado por todos los medios pasar totalmente desapercibido. Pero Benlloch tenía razón y yo lo sabía. Así que desde entonces no he vuelto a pisar el anillo de una plaza de toros. No todos opinan como yo, es evidente, y hay quienes gustan de permanecer en tan significado espacio, incluso algunos se hacen notar presumiendo de ello.
En el callejón de la plaza de toros de Valencia hay 34 burladeros interiores en los que se ubican unas 200 personas. 200 individuos en un callejón sin contar matadores, banderilleros, picadores, mozos de espadas, ayudas y alguacilillos, que todos ellos permanecen en pie en el pasillo. ¿Cuántos de los 200 seres deberían estar allí abajo? A mi entender sólo los profesionales, es decir, además de la gente del gremio taurino, el corralero, los areneros, los del arrastre, ciertos profesionales de mantenimiento, informadores gráficos, el delegado gubernativo, algunos políticos, contados invitados señalados y puntuales, y los ganaderos. Pero no, los ganaderos no están.
Tras indagar sobre la razón de su ausencia, averigüé que la Diputación sólo dispone de un burladero. Sí, aunque pueda parecer mentira la propietaria de la plaza únicamente posee una de las 34 barreras existentes. Me contaron que se solicitó un burladero más para ubicar a los ganaderos, pero la propuesta fue denegada. No cabe nadie más. En cambio tarde tras tarde hay compañeros de la prensa que no pintan nada allí. Es más, si de verdad quieren que su supuesta imparcialidad permanezca inmaculada no deberían estar departiendo con políticos, empresarios y toreros, y menos atreverse a dar indicaciones y a repartir abrazos.
No hay sitio para los ganaderos pero los amiguetes de quienes mandan en el callejón siempre tienen un hueco, y algunos políticos que van a dejarse ver también. Solución, que hagan un callejón más amplio donde quepan más invitados o que echen a todos los profesionales de allí. Que nadie piense que esta última sugerencia es tan descabellada. De momento ya han reducido el número de areneros, de empleados de plaza y de fotógrafos. Esos no hacen falta, mejor meter algún amiguete más. Uno de los días de la recién finalizada Feria de Julio un cámara de televisión fue a pedir un pase para grabar y le contestaron con el célebre “vuelva usted mañana”. Ese no era un invitado, sólo iba a trabajar. Tampoco cabía.
En fin, a mi entender todo esto es de vergüenza, tanto por parte de quienes tiran de amistades para conseguir acceder al callejón como por las autoridades que lo permiten. Las altas estancias de la Policía Autonómica y la Dirección General de la Agencia de Seguridad de la Generalitat Valenciana, de quienes depende el tema, tienen que poner orden en este asunto. El callejón es para los profesionales, y si hay periodistas, amiguetes y pelotas que quieren ocuparlo que se pongan a torear. Porque por su culpa, en 34 burladeros con capacidad para 200 personas, no hay sitio para ganaderos, ni para algunos areneros, empleados de plaza e informadores gráficos. ¿Es o no de vergüenza?
De acuerdo al 100% con  este artículo de Carlos Bueno, pero el sr. Benlloch también se ha paseado por callejones, eso sí en su plaza sabe muy bien nadar y guardar la ropa.


martes, 25 de julio de 2017

La feria de Julio a toro pasado

Foto: José Joaquín Diago
Pasada la feria de julio reseñaremos lo que se quedo en nuestra memoria, que han sido algunas cosas, algunas de ellas interesantes, pues tras varios años sin asistir tan sólo a festejos sueltos, acudimos a todas las corridas, pesándonos mucho no haber estado en la novillada de los Maños, a la que queríamos asistir y muy a pesar nuestro no pudimos. Mal nos sabe porque por la opinión de variados aficionados fue muy interesante, de buen nivel, pero no hablaremos más porque allí no estuvimos.

I.- Un natural y dos estocadas en la cuvillada festiva. La tarde en que Castella estuvo en su papel de pegapases, Manzanares no quiso saber nada de su primero, pero en su segunda con el típico empaque y su no menos ventajismo, realizó una faena corta a un colaborador de Cuvillo, donde lo mejor con diferencia fue una tanda de naturales, en la que el tercero largo, mandón, profundo y certero rompió al toro al que acobardo, como cénit fue una estocada recibiendo con mucha verdad, en lo de los trofeos no entramos y menos en tarde de público de merienda. Ginés Marín que sustituyó a Roca Rey nos dejó con ganas de más pasando en tono menor por el albero valenciano, aunque se despidiera de un soberbio volapié de efecto fulminante.

II.- La tarde que desde el palco se quiso ser más protagonista que un tío que se la juega en el ruedo. También podíamos decir la tarde que entraron dos por el sistema podrido (anti)taurino y Ureña pasó del toreo accesorio de su primero al toreo con verdad en su segundo con un palo en el cuerpo. Matilla desde la nube, ese lugar que sabemos que existe pero que no vemos, continua arreglando y mangoneando ferias, servidor se entera que esta tarde el tapado de los toreros es el Matilla, y de repente  ve la luz, porque es extraño que venga su chico preferido la tarde de antes y no coloque ninguno más. Paquirri y López Simón hicieron lo que de ellos se esperaba ante la corrida de Algarra, desperdiciando dos toros de éxito, el primero toreo vulgar, el segundo más vulgar si se puede, aún así paseo un oreja verbenera. Ureña podía explicarnos el espatarramiento de su toreo al natural que nos sometió en su primero, porque cuando en el segundo se puso de frente, dando el pecho, y con verdad todo cambió, al igual cuando se tiró a matar a un toro que se había puesto bailarín, entre las dos perchas, clavando el estoque arriba. Luego vino el sainete del presidente del que sólo diremos que necesita tener criterio, y tener un mínimo de afición, sin protagonismo que en este espectáculo el actor principal es el que se la juega en el ruedo.

III.- Preocupante el comportamiento de los cuadris. Parados, con poca casta, sin comerse a nadie, nada de lo que este hierro se espera, ante ellos Rafaelillo, estuvo en Rafaelillo, profesional, con actitud; Alberto Gómez, digno y capeó el temporal ante el que se movió más; Román también estuvo en Román, frescura, valentía, simpatía, dio la cara ante el noblón primero que fue el más colaborador, pero la faena se quedó en una tanda de naturales, sabiendo a poco. Como toda la calurosa tarde.

Epílogo.- Por estos lares todo contínua igual, los productions moviendose como pez en el agua entre políticos de todos los colores, invitando al periodista pelota al callejón (¡viva la independencia del cuarto poder!), el público viene a merendar, aficionados cada vez menos, mucho gin, incluso los que quieren autodenominarse aficionados íntegros, y al francés produgtor ni se le vio, ni falta que hace...

jueves, 20 de julio de 2017

Volver de Ceret

 
Cada vez como es evidente nos cuesta más ponernos delante del ordenador a escribir, quizás sea porque la afición intacta le pesa demasiado la situación de la Fiesta, quizás sea por obligaciones personales aunque estas nunca han faltado.
Una año volvemos de Ceret, pueblo catalán ubicado en Francia, por lo tanto libre de prejuicios y quimeras político animalistas. Santuario de la suerte de varas, más en otro tiempo, va cayendo por los avatares de la modernidad, a pesar de la resistencia de aficionados y algún (rara avís) profesional como Gabín Rehabí, o casualidad un ciudadano francés porque por la mayoría de españoles se lo cargarían en un momento.
Como pasados unos días las críticas y comentarios no han faltado, haremos una síntesis de lo sentido y de lo recordado.

De la de Miura, una corrida plana, con brochas en los pitones, previamente avisado por megafonía, destaca un sobrero de Yonnet, al que se enfrentó dignamente Octavio Chacón.
De la novillada de Raso de Portillo, se vivió el momento más emocionante de la feria, con el sexto novillo tanto en la suerte de varas excelentemente interpretada por Gabín Rehabí y un novel novillero, verde pero muy valiente y con las ideas claras para pisar el sitio.
De la corrida de Saltillo, sin gran pelea en varas y muy aplomados en el tercio de muerte, salió el manso complicado que puso a todos en su sitio y en el que Gómez del Pilar casi pudo con él.
De la tan cacareada corrida de Escolar, sin ser un dechado de virtudes, pasó sin mucha gloria por los matalones de la cuadra sevillana, destacaron los 3 últimos, el cuarto se dejaba y Aguilar dejó los mejores momentos de la feria con la izquierda, el quinto la alimaña de la corrida, donde Robleño dejó sus muestras de torero lidiador metiendo en el canasto a un toro difícil, y en el sexto un toro que no apretó en varas, muy pronto a los cites, que iba a más, toreado muy por fuera, en un tono menor aunque había que estar allí por el pitón derecho ya que por el izquierdo pasó inadvertido, tras buena estocada cayó sin puntilla y provocó el premio posterior.

Todo esto es lo visto en el ruedo, detalles, momentos, sensaciones que es de lo que vive un aficionado, si así me puedo considerar, pero será por la magia de estas montañas pirenaicas, uno se lleva siempre el regusto de estar acompañado por muchos aficionados, muchos españoles, que buscan saciar su sed de pureza y verdad por estas tierras, aunque cada vez cueste más.

Hoy comienza la otrora exitosa feria de julio de Valencia y con ello volveremos a la triste realidad del triunfalismo barato y a las tropelías de los taurinos comandados por el produgtor y por el chico de la chaqueta. Es lo que hay.

Para finalizar dejaré un frase muy aclaratoria y veraz de mi amigo y compañero de aventuras taurinas Adolfo:
"Busco la pureza en un mundo prostituido". Así nos va..