"De todos modos al salir he dejado mi cuerpo en el hotel"
José Tomás
'Alabado sea el ilógico mundo de los toros, mosaico de sorpresas y contrasentidos.' Clarito
"... para quien goza con una extraordinaria faena, los toros representan una forma de alimento espiritual y emotivo tan intenso y enriquecedor como un concierto de Beethoven, una comedia de Shakespeare o un poema de Vallejo. Que, para saber que esto era cierto, no era indispensable asistir a una corrida. Bastaba con leer los poemas y los textos que los toros y los toreros habían inspirado a grandes poetas, como Lorca y Alberti, y ver los cuadros en que pintores como Goya o Picasso habían inmortalizado el arte del toreo, para advertir que para muchas, muchísimas personas, la fiesta de los toros es algo más complejo y sutil que un deporte, un espectáculo que tiene algo de danza y de pintura, de teatro y poesía, en el que la valentía, la destreza, la intuición, la gracia, la elegancia y la cercanía de la muerte se combinan para representar la condición humana."
"Nadie puede negar que la corrida de toros sea una fiesta cruel. Pero no lo es menos que otras infinitas actividades y acciones humanas para con los animales, y es una gran hipocresía concentrarse en aquella y olvidarse o empeñarse en no ver a estas últimas."
"... el toro de lidia, probablemente, entre la miríada de animales que pueblan el planeta, es hasta el momento de entrar en la plaza, el animal más cuidado y mejor tratado de la creación, como han comprobado todos quienes se han tomado el trabajo de visitar un campo de crianza de toros bravos."
"La restricción de la libertad que ello implica, la imposición autoritaria en el dominio del gusto y la afición, es algo que socava un fundamento esencial de la vida democrática: el de la libre elección."
"Prohibir las corridas, además de un agravio a la libertad, es también jugar a las mentiras, negarse a ver a cara descubierta aquella verdad que es inseparable de la condición humana: que la muerte ronda a la vida y termina siempre por derrotarla. Que, en nuestra condición, ambas están siempre enfrascadas en una lucha permanente y que la crueldad -lo que los creyentes llaman el pecado o el mal- forma parte de ella, pero que, aun así, la vida es y puede ser hermosa, creativa, intensa y trascendente."
Pero la suerte estaba echada y pasó lo que tenía que pasar, lo mismo que debió suceder alguna vez estas temporadas atrás, y la suspensión se consumó cuando habían pasado sólo unos minutos de la una de la tarde. El presidente cumplió lo que había dicho y Jaén se quedó sin corrida.
Lo siento por (casi) todos, pero que nadie se eche las manos a la cabeza, de vez en cuando estos mangoneos le salen mal a las figuritas y acaba todo como el rosario de la Aurora. Y es que como bien dice el refranero popular: el que se acuesta con niños, mojado se levanta.
Entonces la figura del toreo se hacía en Madrid, se sostenía en Madrid, competía en Madrid y no huía en Madrid con ningún pretexto. La figura del toreo competía con su competidor más que con ninguno y a todos daba oportunidad de alternar con él.
Las corridas eran incómodas por los toros y por los toreros. Siempre había un competidor, o aspirante a competidor, con un partido molesto.
Las corridas amistosas, sin un fuete estímulo, huyendo de Madrid y de sus competencias, habían de venir después. No se sospechaba entonces que esta comodidad pudiera tener interés para nadie, dada la psicología del torero y del público de toros. Para lograrlo hizo falta que se desaficionara la afición.
¿Qué es torear? Gregorio Corrochano