Foto desde el gallinero |
Palacio de Vistalegre, Madrid. Toros de Nuñez del Cuvillo para Juan Mora, Morante de la Puebla, Manuel Jesús 'El Cid'.
Lo de toros es un decir, porque más bien se tenían que haber anunciado como toritos o nuñitos, ante los cuales cabe preguantarse ¿cómo serían los de garcigrande para que fueran devueltos al campo?
Toritos impresentables para una plaza de 2ª, que debe de tener un mínimo de respeto a todos los espectadores que pasaron por taquilla, no por poco dinero, más convenientes para un festival, que fue en lo que se convirtió el festejo de ayer. Festival por varios motivos: Público festivalero muy a favor de corriente especialmente con 'el de la Puebla', toritos bajo mínimos, presidente con mínimas exigencias en la concesión de trofeos y en la dirección del festejo, mal al sacar el pañuelo en la concesión de trofeos y volverlo a esconder, creando dudas en el público, mal al otorgar una vuelta al ruedo al 6º protestada, mal permitiendo regalar un sobrero ante la petición de Juan Mora, iniciando el proceso mexicanización de la Fiesta en nuestro país con regalos de sobreros de las figuras.
No hay que negar que Morante de la Puebla toreo por momentos con arte y profundidad pero ante un animal incomprensiblemente no protestado de salida por la falta de trapío pero ya sabemos que los morantistas eran legión jaleando lances no tan vistosos para la euforia que desataron en los tendidos.
Los nuñitos eran chicos exceptuando el 6º que fue en conjunto el mejor presentado y de mejor comportamiento. Los 4 primeros tuvieron un comportamiento similar manseando en el caballo, doliéndose en banderillas, cumpliendo el trance en la muleta, con 3º toro inválido que fue todo la lidia rebrincado. El 5º tuvo una embestida muy suavona tras darse un buen volteretón, al igual que le sucedió al 6º, con más tranco y castita.
Juan Mora, la novedad de la temporada después de casi tres lustros de alternativa, se enfrentó al lote menos posible ante su primero que perdió pronto el poco gas que tenía y un segundo que se rajó en cuanto intentó someterlo, abusó en exceso del desmayo y de trincherillas, alargando las faenas en exceso para lo que tenía delante. Solicitó el sobrero, que no aportó ni permitió nada de nada, acabó aburriendo a pesar del arrimón y de la voluntad del torero.
Morante de la Puebla, tan esperando por los morantistas, no se acopló ante el impresentable primero destacando su principio de faena y en su segundo jaleado en todo momento fue a más destacando la tercera tanda con la derecha y toreando al natural, impregnando torería, tras un pinchazo y una estocada obtuvo las 2 orejas en un excesivo éxtasis del respetable.
Manuel Jesús, 'El Cid', no pudó ni quisó ante un primer inválido, con su segundo le dió distancias obsequiando al personal con 2 tandas buenas por la derecha, bajando la faena a partir de cambiarse a la zurda la franela, no logrando remontar a pesar de la condición del toro, tras una estocada se pidió trofeo concediendo la segunda la presidencia que fue duramente protestada, no dando el matador ni la vuelta al ruedo ante la sorpresa de todos incluso de la cuadrilla que abandonó la plaza a la carrera.
Nota añadida: Gracias a Inma me ha dado cuenta del error cometido al decir que el Cid abandonó a toda prisa el ruedo cuando se le otorgó una oreja tan generosamente concedida que ni el mismo matador aceptó pasear, eso se llama vergüenza torera.