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sábado, 16 de abril de 2011

Puertas grandes de más peso


La obtención de los trofeos en una plaza de toros, los apéndices auriculares, es uno de los principales factores que se tienen en cuenta por los voceros del puchero, el público festivalero y los vendedores de humo a la hora de valorar el resultado de un festejo taurino, cuando a lo mejor el resultado tan artístico como la emoción que se haya transmitido en el ruedo sea nimia.

En estos tiempos del 'todo vale' taurino para pasarselo bien, con la condescendencia de los palcos, se entregaban orejitas por pegapasismo y bajonazo, que si se daban en los dos toros, pues nada p'arriba, siempre avalados con la escusa de la petición (muchas veces cuestionable) mayoritaria.

Por esa razón estoy completamente de acuerdo en que el nuevo reglamento taurino que se está preparando para la Comunitat Valenciana en ser necesario cortar dos 'orejas' en un toro para salir a hombros, para darle un poco más de valor e importancia a la concesión de trofeos y a esos momentos de gloria y de ilusión para los de luces lo que significa salir sobre los capitalistas por la puerta grande y no sea un mero trámite para salir en la foto de los revisteros y 'portales profesionales' previo pago del entorno del coleta para seguir cacareando los 'triunfos' del pagano.
Pero los presidentes de los festejos tendrán que dar el valor que tienen en realidad los trofeos con la concesión del segundo por criterio propio atendiendo a lo sucedido en el ruedo con valores de profesional y aficionado, valorando la lidia, la calidad artística y la colocación del estoque (suerte suprema), y no por el impulso del público que va a favor de obra y aguantar los chaparrones de la bronca y de los voceros del puchero con el tan mánido robo de orejas por el palco.

Nacho, un seguidor del blog, me comentó si sería posible que tuviera que ver algo que a Ponce le están soplando últimamente la oreja en su plaza, no creo que sea está la razón si no más bien en el nivel tan ínfimo que se está exhibiendo por estos lares, con la ayuda inistimable de la Tv de pago.

Por cierto en la confección del nuevo reglamento no he leído que se haya escuchado la opinión de los aficionados que al final son los que pagan y los que sufren, siempre es bueno escuchar a otros.

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