Vía
Burladero.Tv
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Callejón repleto el día del festival de Adrián (¿Donde esta uno de la prensa libre comiendole la oreja a un production?) |
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Hace una quincena de años estuve en el
callejón del coso de Valencia con María Abradelo, conocida presentadora
de televisión que había sido invitada a ver un festejo de la feria de
Fallas. Ante la imposibilidad de que la acompañara el empresario de la
plaza, éste me pidió el favor de que fuese yo quien permaneciera junto a
ella explicándole los avatares de una tarde de toros. Aunque yo jamás
he sido partidario de ocupar un puesto de callejón, accedí por tratarse
de una compañera a la que conocía. De principio a fin de la corrida nos
mantuvimos tapados con la máxima discreción tras un burladero, hablando
siempre en voz baja y sin osar a salir de la barrera ni por un segundo.
A pesar de todo, al terminar la función
José Luis Benlloch, reputado periodista con quien entonces yo trabajaba
en la revista Aplausos y en la televisión y radio valencianas, me llamó
la atención para reprender mi estancia en lugar tan especial. “Elige:
arriba o abajo”, en el tendido o en el callejón, se refería. “Si quieres
dedicarte a la información taurina ese no es tu sitio”, fueron
exactamente sus palabras pronunciadas de forma seria y grave. Me hizo
sentir muy mal porque no era mi intención haber estado allí y porque,
además, yo había intentado por todos los medios pasar totalmente
desapercibido. Pero Benlloch tenía razón y yo lo sabía. Así que desde
entonces no he vuelto a pisar el anillo de una plaza de toros. No todos
opinan como yo, es evidente, y hay quienes gustan de permanecer en tan
significado espacio, incluso algunos se hacen notar presumiendo de ello.
En el callejón de la plaza de toros de
Valencia hay 34 burladeros interiores en los que se ubican unas 200
personas. 200 individuos en un callejón sin contar matadores,
banderilleros, picadores, mozos de espadas, ayudas y alguacilillos, que
todos ellos permanecen en pie en el pasillo. ¿Cuántos de los 200 seres
deberían estar allí abajo? A mi entender sólo los profesionales, es
decir, además de la gente del gremio taurino, el corralero, los
areneros, los del arrastre, ciertos profesionales de mantenimiento,
informadores gráficos, el delegado gubernativo, algunos políticos,
contados invitados señalados y puntuales, y los ganaderos. Pero no, los
ganaderos no están.
Tras indagar sobre la razón de su
ausencia, averigüé que la Diputación sólo dispone de un burladero. Sí,
aunque pueda parecer mentira la propietaria de la plaza únicamente posee
una de las 34 barreras existentes. Me contaron que se solicitó un
burladero más para ubicar a los ganaderos, pero la propuesta fue
denegada. No cabe nadie más. En cambio tarde tras tarde hay compañeros
de la prensa que no pintan nada allí. Es más, si de verdad quieren que
su supuesta imparcialidad permanezca inmaculada no deberían estar
departiendo con políticos, empresarios y toreros, y menos atreverse a
dar indicaciones y a repartir abrazos.
No hay sitio para los ganaderos pero los
amiguetes de quienes mandan en el callejón siempre tienen un hueco, y
algunos políticos que van a dejarse ver también. Solución, que hagan un
callejón más amplio donde quepan más invitados o que echen a todos los
profesionales de allí. Que nadie piense que esta última sugerencia es
tan descabellada. De momento ya han reducido el número de areneros, de
empleados de plaza y de fotógrafos. Esos no hacen falta, mejor meter
algún amiguete más. Uno de los días de la recién finalizada Feria de
Julio un cámara de televisión fue a pedir un pase para grabar y le
contestaron con el célebre “vuelva usted mañana”. Ese no era un
invitado, sólo iba a trabajar. Tampoco cabía.
En fin, a mi entender todo esto es de
vergüenza, tanto por parte de quienes tiran de amistades para conseguir
acceder al callejón como por las autoridades que lo permiten. Las altas
estancias de la Policía Autonómica y la Dirección General de la Agencia
de Seguridad de la Generalitat Valenciana, de quienes depende el tema,
tienen que poner orden en este asunto. El callejón es para los
profesionales, y si hay periodistas, amiguetes y pelotas que quieren
ocuparlo que se pongan a torear. Porque por su culpa, en 34 burladeros
con capacidad para 200 personas, no hay sitio para ganaderos, ni para
algunos areneros, empleados de plaza e informadores gráficos. ¿Es o no
de vergüenza?
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