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sábado, 26 de septiembre de 2015

Viniendo pidiendo... despojos

Cuando ves a un novillero marcado con el aura de figura por los medios del puchero, aleccionado por sus apoderados, unos de los mandamases del toreo, hacer desplantes a su desfondado y amorcillado primer novillo buscando calentar al público facilón. o tras despachar a su último útrero jalear al público incitando a la petición de trofeos con el único ánimo de que figure en su marcador y en sus estadísticas, una puerta grande y sendas concesiones de apendices auriculares con las consiguientes fotos en los portales de (des)información taurina, sin haber visto ni ápice de toreo fundamental ni de intentarlo, te quedas con la sensación en lo que están los (anti)taurinos esta Fiesta, en una pantomima. Por cierto, no sólo esta tarde, servidor pediría además de los análisis postmortem de astas, unos análisis de vísceras, ... por si acaso.

Los novillitos de Torrestrella muy justitos por delante, y por detrás, con movilidad pero poco fondo, dos pasaron inéditos por el caballo, de los que se salvó Aguafiestas-74, que tenía un buen pitón derecho, más difícil por el otro, pero no fue aprovechado por Filiberto, que le dió excesiva velocidad a su trasteo aunque intentaba rematar detrás pero sin apreturas. A su segundo, un torete que embistió a media altura y acabó orientándose llevándoselo por delante, que hizo que el público se volcará con él.

El púpilo de la FIT, Ginés Marín, más preocupado en los premios que en el toreo, sorteó, o casualidad el lote más justito, con un primer novillo que tras ser boyante de salida con un simulacro en el tercio de varas, a partir del segundo tercio incompresiblemente se desfondo ostentoriamente, dando más que sensación de peligro sensación de pena, y así nos va... En su segundo, tiró de repertorio y de cualidades que las tiene pero mal aprovechadas para exprimir la poca clase que tenía la embestida del novillo.

Los del castoreño tiraron de oficio, arreando al que podía apretar, señalando con la puntita a los desfondados. Los de a pie correctos, saludo Javier Ambel, más por las formas que por el fondo.



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