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lunes, 13 de marzo de 2017

El trámite de los Fuenteymbros


Unas gotas de sabor de Curro Díaz que se fueron diluyendo en la poca clase de los fuenteymbros, con un susto serio a Padilla que podía haber sido algo más, reapareciendo la voluntad de Escribano.

Pasamos el filato impuesto por el señor Gallardo de incluir sus pupilos en la primera feria del año, que al fin y al cabo, es el que los pone a los productions y al portal del palmoteo, hasta su director omnipresems le cedió el asiento de al lado durante la tarde. Y una vez más se vió como va diluyéndose la casta que en algún momento nos llegó a emocionar. Correctitos de presentación aunque colaron a un segundo impresentable por delante, regordíos durante el invierno,  con poco fondo, con poca casta, pasaron el trámite del caballo sin apreturas, algunos simulando la suerte, manseando hacia las tablas y buscando la salida, se dejaron, con poca clase para ponerse en ocasiones guasones sabiendo que se dejaban algo.

Padilla sufrió un aparatosa cogida, tuvo la vergüenza torera de matarlo con un palizón en el cuerpo, pero por lo demás estuvo en Padilla, mucho alarde y poco fondo.

Curro Díaz dejó muestras de su clase, calidad y torería, sobre todo en el segundo con dos tandas por la derecha de sabor, pero como en su primero acabó diluyendose como un azucarillo, dos faenas de más a menos y con poco compromiso.

Manuel Escribano, reapareciendo tras su cornada, estuvo en Escribano, pero menos, toreo templado pero fuera de sitio, banderillas apretadas cuando busca los terrenos de adentro, y poco más. Acusó el parón.

Las cuadrillas estuvieron correctas, los picadores pasaron inéditos, sólo banderilleo la cuadrilla de Díaz.

El palco concedió una oreja por la cogida, tras dos pinchazos, y pasó por la mañana un toro de plaza de 3ª.
Así nos va...

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