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lunes, 3 de agosto de 2009

Arte y emoción



Este sábado he tenido la fortuna de asistir con mi familia a un concierto en el RCN de Dénia, dentro del certamen de "60 nits de estiu", se interpretaba "Las 4 estaciones" de Vivaldi por la orquesta de la Marina Alta, bajo la dirección de Francesc Estévez y actuando como solista Sandra Alfonso, una joven y prometedora violinista, que se atrevió con este concierto tocando un Guarnieri (violines comtemporáneos a Vivaldi), poniendo en su interpretación arte y sensibilidad, con ese duende que se lleva dentro, que se tiene o no se tiene, pero que se necesita trabajarlo y cultivarlo, para llegar al público provocando emoción.



Esa emoción se debe transmitir en toda manifestación artística, por eso la tauromaquía es para mí un arte, consigue transmitir ese sentimiento del torero al espectador, poner "los pelos de punta" y soltar un "olé" que nace del corazón. Para mí están difícil acariciar las cuerdas del violín con el arco, tocar un piano o cantar una aria por una voz que transmite todos los matices aunque se cante en italiano, alemán o francés, como mover un trozo de tela ruda y pesada como si fuera una pieza de fina seda que hace seguir obediente a la fuerza bruta de un animal salvaje. Eso sí necesitamos un artista capaz de mover la tela con armónica suavidad y un bos taurus que siga la tela con bravura y fijeza sino se rompe la obra de arte.

1 comentario:

baramon dijo...

La feria de Julio coincide con la " setmana de música de Cambra de Montserrat ". La mediocridad y aburrimiento que me transmiten los maestros en nuestra plaza de toros desaparecen por arte de magia en las veladas nocturnas de la Plaza de la Iglesia.