Ayer se cumplió el expediente por parte de los productions
de celebrar en el fin de semana de la Verge dels Desamparats, un festejo perteneciente al abono de fallas
2017, una novillada en este caso. Hasta ahí todo bien y todos contentos, la empresa contentó a la dipu
dando un festejo, de paso se alegra al diputado de Asuntos Taurinos acartelando
al chico de su pueblo, se contentó a parte del taurinismo con el cambio de
cromos del vástago de uno de los morancos, de paso se fogueó una futura
promesa de la escuela madrileña que parece estar en el circulo del produgtor Simóny
sus adláteres.
Como es normal para estos casos y cosas se enchiquera un
saldo ganadero, para la ocasión con el hierro de Sánchez Herrero procedencia Aldeanueva, o sea domecq de lo antiguo, con la edad casi cumplida, con diferente morfología desde las
raspas 2º y 3º al toraco que salió en quinto lugar, pasando por el gordón
cuarto o el descarado por delante y corto por detrás que cerró plaza. Luego
atacados de mansedumbre, con genio en el
caballo pero para quitarse la vara, queriendo salirse revolviendose,
apretando en banderillas hacia adentro, esperando al rehiletero, luego tras
lidias de diverso pelaje se pusieron difíciles sin comerse a nadie, mansos
duros de patas con goterones de casta, siempre con la cara alta, pero de alguna
manera con alguna posibilidad.
Luego vinieron las faenas inacabables, sin fin, pasándose
del tiempo, sonando muchos demasiado avisos, sin ver nada, y luego el quinario
de los aceros y de atronar el toro, se tragaban la muerte para desesperación de
los de luces y sus hooligans, uno se fue al corral pero a punto estuvieron de
ser dos más si no llega a ser por el apoyo presidencial.
Esto de los avisos viene de largo, antes un aviso era un
descrédito, dos un castigo y sonar el tercero era una condena. Ahora tras la
huella dejada por las figuras que igual les daba que sonara un aviso que
Paquito el Chocolatero, y más al respetable que en vez de increpar al coleta
silbaba al palco por cumplir el reglamento, los aprendices aprendieron de los maestros
y esto degenera en un tedio de faenas largas, aburridas, de mucho trapazo y
poco peso, si luego se da un sainete con los aceros, blanco y en botella. No
sólo lo digo por la chavales de ayer que a la postre son los menos culpables,
sino de la costumbre de la neotauromaquia de las faenas largas y tediosas, con series
de cortas pero abundantes, con mucho pase por alto, circulares finales,
bernadinas conspicuas, etc, etc etc.
Fernando Beltrán quemó su enésimo cartucho, probablemente
el último, siempre nos dejó goterones, trazos de toreo caro, pero sin llegar a
ser, como pasó con el cuarto de la tarde. Siempre quedará en nuestra memoria
taurina aquella tarde noche d’Algemesí, es lo que tiene esto.
Alfonso Cadaval, entró por lo que entró, y salió como entro,
sin colocación y sitio, con un coro de aduladores en el callejón, con un quiero
y no puedo en el quinto por la izquierda, y muchos pases para olvidar.
Carlos Ochoa, acompañado por Rafael de Julia, en la órbita de
la casa, dejó evidencias en quites de su sitio y su disposición, pudo en las
primeras series mandonas en los medios al mansurrón tercero que sólo buscaba la salida, para disiparse cuando se pasó el toreo accesorio. Fue aplaudido incomprensiblemente en el
devuelto al corral, cosas de festivaleros.
En los de plata Hazem Al-Masri, más conocido como El Sirio dejo clara su evolución con los
rehiletes, clavando un par con el toro apretando hacia adentro, saliendo de la
suerte sin alharacas, y sin saltar el olivo, pero con el descabello dió todo un
recital de malas práctica, habrá que practicar.
Dos avisos, uno para la empresa y la diputación como
arrendataria y propietaria respectivamente, no es de recibo que una puerta se
descerroje con el golpe de un caballo, debía de haber más seguridad. El otro para
la autoridad del callejón, representada por el delegado y los alguacilillos,
que no sólo están para pasear el plumero, dejando al albur de la cuadrilla
cuando el toro fue devuelto y la poca prestancia del delegado gubernativo en actuar.
Avisados estamos, de muchas martingalas y defectos, que al
final son ley de las plazas por un extraño derecho conseutudinario que quieren
asentar a su manera más conveniente los taurinos, … así nos va.
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