Erales de Nazario Ibáñez, los 3 primeros más terciados muy similares de presentación y los 3 últimos más aparentes, el 4º y 5º no les hubiera venido mal un picotazo, noblotes, sin malicia, repetían, sin malas miradas, dejaban estar a los novilleros.
Román (E.T. Valencia) la gran esperanza de la escuela después de la marcha de Juan Cervera, tiene maneras y posibilidades, sabe ponerse en el sitio y no le falta ganas, pero tiene que asentar los pies y no buscar el tremendismo.
Los maestros deben enseñar a corregir errores, defectos y sacar lo que llevan dentro, el problema es si sabrán como hacerlo.Ya llevamos muchos años en esta escuela que parece un pozo sin fondo donde todo es meter pero sacar poco, y no esperar a que cante la rana y salga uno por generación espontánea.
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