A pesar de haberse iniciado la feria de fallas con una novillada nos desplazamos a la capital de la Plana para ver la 3ª corrida de toros, para ver a José Tomás, ya que la asistencia de las cámaras del fenicio y cía., nos privan a los aficionados de Valencia de la presencia en los carteles de un torero que dice algo pero cada vez menos.
Con plaza llena, tarde fría, público tomasista, presidente facilón en el palco y anteriormente en los reconocimientos para los toros de Jandilla de escasa presencia, sospechosos de pitones, algunos anovillados (1º, 3º), cuando no regordíos zambombos (2º), con poquita casta, poquita fuerza, nobleza tontorrona, mansedumbre a raudales.
Julio Aparicio que venia a abrir plaza se encontró con el mejor lote, un público favorable, con ánimo de parafernalia. A su 1º que fue a más no quiso meterse a fondo con el mejor toro de la tarde, pero con un pitón quebrado de aspecto lamentable, se dejó la faena a mitad, mató bien y "orejita", para encontrarse luego con el 4º el más armónico de hechuras, le dió unas buenas verónicas de recibo y un buen comienzo de faena que fue a menos con pases sueltos y muchos enganchados, vuelve a matar bien, otra "orejita" y salida a hombros. Se dió una vuelta al ruedo como si hubiera hecho la faena del siglo, ¡mucha parafernalia!
José Tomás, que volvió a acabar el papel, tuvo en suerte a un zambombo manso de libro (2º), que estuvo toda la faena queriéndose ir a casa, no se empleo en ningún momento, el torero intentó trastear pero no tenía nada de bravura delante y él tampoco está para muchas exigencias. En su 2º de escaso trapío, comienza su faena con estatuarios marca de la casa pasandoselo cerca, para empezar con series decepcionantes estando fuera de cacho y si enroscarse al toro que se iba rajando, con la mano izquierda dio series de 4 o 5 pero sin llegar a ser rotundos, aguanto un parón dando una última serie que fue la mejor al ceñirse más al toro acortando los terrenos y viendo el toreo que se le pide. Recitó un espadazo que produjo derrame, pero que no fue impedimento para que un público que respeta la faena con silencio para pasar al delirio para pedir 2 orejas bondadosas por parte del público y concedidas por un presidente a favor de corriente.
Abel Valls que se jugaba más que nadie, se encontró con el más pequeño de la corrida quedando más en evidencia por la altura del torero, fue mansito y no se empleó y al chaval le pesó la falta de corridas, aunque se quisó justificar. En el 6º otro gordito, trasteó aseadamente, por el derecho protestaba más y por el izquierdo le pudo sacar 2 buenas tandas, por donde tenía que haber seguido, se cambió la muleta de mano y la faena bajó, volvió a la izquierda para otra buena tanda pero con el toro apagado, alargó la faena para dar unos circulares populistas (lo que se lleva), pincho 6 veces y se diluyeron los trofeos en una tarde fría pero con el viento a favor.
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