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domingo, 18 de junio de 2017

Ahora estarás en el Olimpo de los Toreros


La primera vez que te ví, creo que fue en Teruel, una calurosa tarde de un 8 de julio del 2010, con Paulita  y Fernando Robleño de compañeros, no se pudo hacer nada frente a un parado encierro de Adolfo Martín, motivo por el que nos habíamos trasladado a la capital turolense. Luego volví a verte frente a un encierro de Cuadri  el san Isidro del 2011, desde ahí comenzó tu despegue, sin parar, hacia arriba, nada fácil teniendo que ganarte cada tarde lo que a otros les regalan, cosas del sistema taurófago, capaz de engullir a los que molestan a los de arriba.

En Valencia, siempre diste la cara, una tarde te inventaste una faena ante un manso de Las Ramblas, con los fuenteymbros que no querían los del clavel cuando tenían casta y un poco de picante, nunca te dieron carteles de postín, una tarde con la caída de tu compañero Castaño te quedaste solo ante seis, salvando la cara a la empresa, jugándote la vida con amor propio tan personal, luego seguiste por los ruedos sin que nadie te regalara nada, vinieron las puertas grandes, y sin querer apearte de tu cetro, tu pundonor hizo que te enfrentaras a una encerrona de ganaderías muy poco 'comerciales' en las Ventas,  domingo de Ramos de 2015, anunciando tu venida desde el otoño anterior, llegaste aclamado como un mesías y saliste apedreado por las almohadillas, increpado por los mismos que te ovacionaban a la entrada, fue una apuesta fuerte a cara o cruz, salió cruz, y esa cruz ya la arrastrarse sin Cirineo que te ayudará, seguías dando la cara con pundonor.
La ultima vez que te vi fue este domingo de Ramos ante victorinos como siempre sin rehuir la pelea, con luces y sombras, pero con el pecho por delante, con la honra, con la verdad ante los toros.

Lo que conseguiste fue todo por tí, por tu esfuerzo, tesón y trabajo, en las buenas y en las malas, luchando contra un sistema que no te admitía, con tu apoderado independiente, ganándote los contratos en la arena, robándotelo en los despachos, vetado por los que ahora te llamaran compañero, los mismos que te querrán pasear y salir en la foto con las gafas oscuras y la corbata negra.

Los que me conocen mi afición taurómaca saben que soy poco de seguir toreros, mís tribulaciones tauromacas me guían por los hierros que se lidian, y tu estabas allí muchas veces, y siempre te respete, tanto en la gloria como en la desdicha, siempre esperaba que resurgieras y casi lo conseguiste.

Ahora desde el Olimpo de los Valientes, seguiras peleando por tu afición y por tu locura, ser Torero.

Sit tibi terra levis. Descansa en Paz, Iván.
Foto: Anya Bartels-Suermondt