Impresiones tras un período de reflexión. Decimos lo que pensamos tomando tiempo para madurarlo. No somos ni estamos preparados para la inmediatez. Otros si lo están, aunque muchos estén predestinados a lo que tienen que decir.
- Constituido el jurado de la feria, vemos lo de siempre: los que tienen que estar, los que no están, los que no se entiende como están, los que no se entiende como no están, los que están sin estar. ¡Vamos, lo de siempre!
- Nunca he creído en los niños prodigio, siempre he visto la utilización de la infancia con fines mercantiles como una explotación de la inocencia, por parte de los que exprimen todo el jugo para luego dejarlos tirados como bagazos vacíos. Marco Pérez al que nadie duda que tiene buenas maneras, buen concepto, buena cabeza lo llevan paseando bastante tiempo, vendiéndolo como futura figura, dejando caer sobre sus espaldas el peso y la responsabilidad de los que están arriba. Puede salir bien pero... Por cierto sus mentores aprovechando su cabeza privilegiada ya le han enseñado todas las raterías para encandilar a los que aplauden el pegapasismo pero no la profundidad, ni la colocación,
- Buen concepto posee Aaron Palacio, con cadencia y suavidad en sus muñecas, sabe donde colocarse pero falta pisar terrenos donde la templanza se convierta en rotundidad para poder sentar las bases de ser aspirante a estar arriba.
- Cuando alguien llamado a ser el convidado de piedra de la terna, pega un puñetazo en la mesa, se reivindica como tiene que hacerlo un torero, que no es otra manera que estar firme delante de la cara del toro, intentando resolver las complicaciones innatas en un animal, produce doble alegría y satisfacción, sabiendo que Juan Alberto Torrijos no lo va a tener fácil, ni mucho menos, pero parece que no le van a faltar arrestos y aplomo para conseguirlo.
- Si la materia prima de la Tauromaquia está vacía de casta por dentro y fofa por fuera, pues el ritual carece de toda importancia y valor. Los de Talavante (que en esta feria ha hecho oferta de 3 por 2) eran tan colaboradores que la colaboración no pudo tenerse en cuenta. Por cierto, había por chiqueros un supuesto aroma de aftershave, manías que tiene uno.
- Otro fenómeno sobrenatural, son las novilladas sin caballos en la plaza de Valencia: sin terna, con sexteto; con inclusión siempre de varios novilleros procedentes de escuelas galas, de más que dudoso nivel para estar incluido en estos carteles, restando posibilidades a alumnos de la tierra; con una duración del festejo más que sobrado, para salir igual que has entrado pero un poco más helado.
- Siempre sucede lo mismo, una clase práctica a la que no puedes asistir, tienes interés en ver a un chaval de la escuela, ves que sale a hombros y te dan buenas referencias de su actuación esa tarde.
La feria sigue, espero que nosotros también sigamos dando la turra por aquí.
Un aficionado díscolo.