Páginas

jueves, 14 de julio de 2011

El placer del pellizco


Y sueña con que esa emoción cale en el tendido para que, una tarde, la letanía de olés monocordes que le alienta desde la piedra fría se convierta en un misterio de gloria que encierre en sus tres letras el gozo inmenso del dolor placentero del pellizco.
                                                        Tinta y Oro, Noelia Jiménez

No hay comentarios: