El público, que no lleno medio aforo del coso de la calle Xàtiva, pudo asistir a una de esas corridas que se salen del guión habitual de la tauromaquia actual, el guión del monoencaste, monofaena, monotonía, simplemente porque con todos los defectos que fueron más que las virtudes los toros tuvieron casta, que produce emoción, peligro, sensaciones, todo menos aburrimiento.
Los toros de La Quinta con presentación propia del encaste con alguno pequeño y pobre de cara 3º, dieron juego diferente desde el peligroso primero que desarrollo sentido hasta el toreable 6º pasando por el noble castigado en exceso 4º, casi todos tuvieron el problema de embestir a media altura correspondiendo a su matador el eliminar esa tendencia que no todos consiguieron.
Ante su primera corrida de la temporada José Calvo le costó encontrar el sitio y más cuando en los lances de recibo Guitarrero le apretó por el derecho y desde ahí el torero perdió los papeles y en ningún momento estuvo por encima de las dificultades del animal, este desánimo continuo delante Famoso un lucero y bragado comodito de cara que castigó en exceso en el caballo, pero que con nobleza y adoleciendo falta de fuerza se entregó en la muleta para poder Calvo extraer gotas de torería con pases de calidad, tras pinchazo y estocada tendida cortó una oreja justita pero justificada.
Tomás Sánchez, con sólo dos corridas esta temporada, con Medialibra que embistió a media altura, no lo llegó a someter en una faena con muchos derechazos y exenta de naturales, para justificarse delante de Romero, un toro astifino que se paró tras la pelea en varas, para desarrollar un peligro que se prolongo en exceso por la metria de la faena.
Con dos toros totalmente diferente se encontró Alberto Aguilar, que empieza a sentirse inspirado en esta plaza y a mostrar una disposición y un sitio que no encuentra en otros ruedos, con Alavador un animal escaso de clase ante el que no se amilanó intentado someterlo pero despedirlo con una estocada infame haciendo guardia, pero apareció en sexto lugar Chocolatero que no se empleó en el caballo pero que entendió dandole la distancia necesaria planteando la faena en los medios y regalandonos dos tandas una en cada mano, con pases con la derecha tan profundos como despaciosos y uno de pecho interminable, y unos naturales de trazo largo que emborronó buscando calentar al respetable con unos pases circulares que desmerecieron para enmedarlo con otra serie de naturales por la izquierda que puso a todos de acuerdo, tras infame bajonazo, faceta que debe enmendar si quiere subir en el escalafón, se le concedió una oreja con fuerte petición de una segunda que no se podía conceder tras semejante final.
El palco hoy presidió con corrección si bien concedió fácilmente la oreja de Calvo pero con petición mayoritaria, aguantó ante el exceso de pedir una segunda oreja a Aguilar tras el bajonazo recitado. Esperemos que el sábado que será su turno sepa aguantar el tirón antes, durante y después de la corrida.
Chocolatero |
Toros de La Quinta, bien presentados excepto 3º, aplaudidos 2º, 4º y 6º, pitado el 1º, para los matadores José Calvo, silencio y oreja, Tomás Sánchez, palmas y saludos desde el tercio y Alberto Aguilar, silencio y oreja con petición de la segunda.
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