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miércoles, 16 de marzo de 2016

A contraestilo


Siempre se ha dicho que los toros son sol y moscas, también se ha dicho que los toros tienen casta y poder, que salen a la plaza íntegros y con fuerzas, se argumenta en defensa de la suerte de varas que sirve para medir fuerzas y ahormar la embestida del burel, se dice en antiguos y no tan antiguos tratados que torear es parar, templar y mandar, que torear es desviar la trayectoria del toro cargando la suerte, y también se dice que la autoridad está para cumplir la ley defendiendo los intereses de los espectadores para que no se den ni trampas ni manipulaciones.

Pues en corridas como las de ayer, donde algunos se empeñan que está el futuro de la Fiesta, no se dieron ninguna de estas premisas. El tiempo climatológico después de un invierno a contraestilo, está empeñado en dejarnos helados en los tendidos, los toros a contraestilo ni tenían casta ni poder, ni parecían íntegros ni con fuerzas, la suerte de varas, a contraestilo, un día más perpetra sangrías y mermas de la escasas fuerzas de los toros y menos aún mide las mismas, ni se toreo parando, mandando, se acompaño a contraestilo, y la autoridad una vez más fue complice ... a contraestilo.

Los zalduenditos que no quiere ver Morante, algunos no pasaron el reconocimiento por más que sospechas de manipulación, fueron zalduenditos, gorditos, descastados, soportando la invalidez, sin transmisión, fueron remendados por unos de El Ventorillo que dejaron muestra de porque están de sobreros, sin casta ni clase.

Fandiño, del que esperabamos que se hubiera rehabilatado de la larga resaca de la encerrona de hace casi un año, dejó desafortunadamente muestras de totalmente lo contrario, de haber caído en el hoyo, y más cuando tuvo que tragarse los ventorillos, aunque en otra época hubiera sido sometidos por su toreo, todavía tenemos en la memoria cuando estaba por encima de toros con pocas posibilidades, pero esto de momento pasó a mejor vida.

Joselito Adame solamente lidió, por decir algo, a un toro con más de un lustro en sus espaldas, con todas las variantes del destoreo moderno, tras entrar a matar y totalmente confiado fue prendido por la taleguilla, pasando a la enfermería no pudiendo salir a torear a su segundo.

Juan del Álamo, otra de las eternas promesas, practicó un toreo de distancias pero no en el cite sino en la colocación, llevando el toro por las afueras, templado si pero sin compromiso y profundidad, tirando de repertorio contagió al público y recolectó sendas orejas playeras que le permitirán salir en portales y revistas, continuar diciendo que es uno para la renovación del escalafón pero no se equivoquen es más de lo mismo.

1 comentario:

Enrique Martín dijo...

Esa foto dice muchísimo del estado de la afición, valenciana o de cualquier otro sitio, de que después de los fastos del 13 M, al final la realidad se acaba imponiendo, esa realidad que tan claro nos has contado. ¿Dónde está el problema? Igual está en que ese dormirnos en los laureles y cerrar los ojos. Menos mal que siempre estáis los que nos sujetáis los párpados y nos obligáis a ver. Muchas gracias