Dos novilleros próximos a la
alternativa, dos novilleros sobrados para enfrentarse al utrero, dos novilleros
que pueden presentar credenciales ante toros, capaces de resolver delante del toro, vienen pidiendo toros, pero toros de verdad, siempre con la comodidad de estar en buenas casas, toreando novillos al uso, en carteles cómodos. Podrían ser otro revulsivo, no viéndolos ante el noblote inválido o
ante el manso colaborador, si no ante el toro encastado con todas sus variantes y problemas, serían capaces de resolverlos, donde se les podría apreciar su verdadera dimensión.
Pero mucho nos tememos que tras el paso al escalafón superior todo seguirá igual, aún así pueden apretar a más de uno de los que había y de los que llegan.
Los toritos de El Parralejo, los hacendado (nunca mejor dicho) de Fuente Ymbro, fueron lo que en realidad como están siendo los pupilos de don Ricardo, mansitos, con no mucho fuelle, que se mantienen, pasando casi inéditos por el jamelgo, aunque se arranquen, luego se les señala solamente, buscando la salida, acaban entregándose como maquinitas de embestir, ideales para el figureo, nada que ver con esos novillos bravitos y con casta de años anteriores. Y por supuesto con aroma de aftershave por el ruedo.
Alvaro Lorenzo mantuvo a un inválido y acabó sometiendo a un manso que sólo buscaba la salida que acabó entregándose. Con mucho oficio está para dar el paso de la alternativa.
Ginés Marín, con quietud, pasándoselos por la cintura, con solvencia y pensando en la cara del toro, con esas cualidades que uno tiene que llevar desde que lo ha parido su madre, le falta despaciosidad, relajo y sabor, otra cualidad que se lleva en los genes o no aparece. Falló estrepitosamente a espadas, privándole de un triunfo.
Cristian Climent cortó una orejita playera del paisanaje, que le permitirá entrar en la feria de julio, y continuar la que se promete 'larga' carrera de novillero.
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