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martes, 20 de julio de 2010

Novilladas de promoción: Siempre se repite la misma historia.


Novillada sin caballos de la Feria de Julio. Erales de Nazario Ibáñez para los alumnos de escuelas taurinas Román, (Valencia) Miguel Angel Matamoros  (Badajoz) y Tiago Santos (Vilafranca de Sira).
Por cierto la empresa tenía que mirar cuando imprime los carteles por que no acertó en ningún chaval con el orden de lidia, detalles a cuidar
Tarde con calor soportable, 1/5 de plaza (así se fomenta la fiesta por los artistas). Presidencia correctita teniendo que hacerse mirar los cambios de tercio de banderillas con 4 palos sin haber peligro evidente pero con ineptitud de las cuadrillas.

Novillos mal presentados con la excusa de ser "desechos de tienta", muchos con el carnet en la boca, mansos sin clase exceptuando 4º y 6º, el 4º con una embestida de calidad y repetidora muy armónico de hechuras pero con cierto olor a aftershave, el 6º aunque salía con la carita alta se le hicieron las mil perrerías en la lidia y quites, tenía tranco en la embestida.

Las cuadrillas estuvieron mal, por momentos hicieron gala de estar en una capea no pudiendo con erales de 2 años justos, con la excepción de  Raúl Martí, que puso un buen par privándonos el presidente de un 2º.

Román enésima promesa de la escuela taurina de la dipu, nueva probable víctima de las ansias de descubrir una figura del toreo, no estuvo quieto delante de un mansito, al que no domino y tuvo la suerte de sortear un animal noble, con una embestida de calidad desde la salida, al que no se le exprimió todo el jugo que tenía, obteniendo buenas series, peró diluyendose hacia el final delante de un animal para disfrutar un novillero, pudiendo practicar toreo funadamental que no creo que le sea impartido por los maestros. Oreja parroquiana.

Miguel Angel Matamoros, con concepto del toreo que recuerda a su paisano y tocayo Perera, no movía las zapatillas, espatarrando casi en exceso, se intentaba colocar pero con precipitación quedándose fuera del sitio en demasia, sorteo el peor lote, dando un interminable recital de pases a su 2º acabando por aburrir.


Tiago Santos, con buen concepto en banderillas, apuntó maneras pero teniendo mucho que pulir, se le notó verdecito como perejil, desperdiciando un novillo de buen tranco con el defecto de embestir con la cara alta, después de una lidia desastrosa y un quite excesivamente largo de su compañero.

Las escuelas de tauromaquía (o de toreadores, como acertadamente dice Enrique Martín en toros grada 6) siguen a lo suyo intentando sacar alguna figura para poder justificar el agujero negro que han creado donde todo es meter y sacar poco, destaco un párrafo de uno de los últimos post de Antonio Díaz en Hasta el rabo...:

"Respiramos, y nos atufa hasta llenarnos los pulmones de desesperanza, el aire de una época de academias taurinas, en las que se adoctrinan a decenas de alumnos bajo unos mismos cánones, que buscan crear contrabandistas de orejas antes que toreros, dónde la teoría la imparten unos maestros que vestidos de oro por cada grano de cal dieron diez de arena. A dios gracias, o al que le pertenezca, sobrevive un pequeño lugar, patria del aficionado, en el que a los profesores se les sigue tratando de usted, el secular crucifijo de madera preside las aulas, el paseíllo lo abre un padrenuestro y a los malos alumnos que se libran de ponerse de rodillas contra la pared, se les obliga a escribir quinientas veces en la pizarra las cuatro palabras elementales para comprender cualquier leccion: parar, templar, cargar y mandar."

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