Cuando parecía que la corrida estrella se estrellaba y se quedaba la Setmana de Bous d'Algemesí 2015 muy plana, sin nada especialmente que destacar, tan sólo pequeños detalles, llegó un novillero que le hacia falta un triunfo tanto como respirar, se encontro con un novillo 'colaborador' y puso las gradas del cuadrilátero a reviente caldera, porque ante tanta nimiedad con algo que se saliera un poco de lo común los tendidos se vinieron arriba.Triunfalism excesivo sobre la campana.
Los novillos de Núñez del Cuvillo vinieron como casi toda la feria con olor a aftershave, con presencia con un poco de carita más que otros días sin exageraciones, muy cuidados en el caballo, sin empujar ni encelarse, a partir de ahí los toros iban a menos acabando desfondados, sin casta ni bravura ni codicia ni fuerza incluso sin movilidad que es una de las cualidades del toro moderno que vaya y venga. Se salva con alfileres Pajarico-55 que tuvo un poco más de fondo, razita y sobre todo movilidad con una embestida de clase, como dicen los taurinos, pero todo muy justito.
Mucho oficio y facilidad para estar en la cara del toro presenta Alvaro Lorenzo, sabe resolver las dificultades propias de la lidia, más con faenas de enfermero a mansos que a toros encastados, Apetece verlo con algún novillo con carbón ajustandose con él, tirando hacia dentro, con más compromiso, porque mando en la muleta tiene. Sorteó un toro que no decía nada y otro que a mitad faena se quería echar acobardado, y nada más.
Mala influencia en el toreo de Varea ha tenido el apoderamiento del productions granadino, a parte de su peculiar manera de llevar a sus poderdantes, le inculcado retazos de toreo populachero cuando este novillero tiene cualidades para interpretar el toreo puro y profundo. En su primer novillo, tiró de repertorio populista ante un animal que no transmitia ni miedo ni pena sólo bostezos, y por ahí Varea va perdido. En su segundo Pajarico-55 que se movió desde el principio toreo con el capote con el sabe echando en falta más toreo a la verónica aunque hubo una media de remate eterna. Con la muleta empezó la faena de rodillas lo que hizo al toro perder manos, y ahí fue cuando tiró de su auténtico repertorio, aunque demasiado despegado y muchas veces descolocado, fue templando e intentando ligar series largas que el novillo no admitía. Hubieron dos pases de pecho larguisimos, dando honor a su nombre, enroscandose al toro y vaciandolo, lo mejor de la feria. Tras pinchazo y estocada tendida recibió los máximos trofeos, premio excesivo para el conjunto de la faena, lo que puso en un aprieto al presidente que tuvo que tirar de moquero particular.
Destacar un par extraordinario de Raúl Martí al 4º novillo, que ayudó a calentar el ambiente para su matador, Montoliú continuo con su habitual numerito del postureo. Por cierto el puntillero al cortar es rabo casi lo corta por la penca, tenía que ser grande para la foto.
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