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lunes, 21 de septiembre de 2015

Poca historia


Novillada de los triunfadores de otras ferias, tanto la ganadería de Guadalmena, todavía nos estamos preguntando a que fenómeno sobrenatural es debido su triunfo del año pasado, y los novilleros Fernando Beltrán, triunfador en 2013, y Juan Antonio Navas, ganador de la Naranja de plata, novilladas sin caballos, del 2014.

Los utreros, muy justos por delante, el que no estaba acapachado habría 'probablemente' pasado por la barbershop, tuvieron nula casta ni bravura, mansos con cierto genio, pero llegaban a la muleta sin transmisión pero metiendo la cara y sin molestar, lo que llaman los taurinos colaboradores  y donde los matadores 2.0. se encuentran como pez en el agua.

Pero otra cosa es la novillería, el veterano Beltrán, que hace dos años nos emociono en esta plaza, intentó tirar de populismo cuando lo suyo es torear y así no, mucha parafernalia de adornos y poca profundidad en los pases, cuando es torero para imprimir sabor en sus faenas. Lo mejor los doblones con los que paró al tercero de la tarde que luego se rajó pero había que someterlo.

El debutante Navas nos ilusionó con los lances de recibo, cargando hacia delante ganando terreno, pero luego sus faenas con la pañosa fueron de poco calado en el tendido, ni tiró de repertorio populista, ni nos obsequió con toreo embraguetado, firmeza de planta pero todo por fuera y sin apreturas. Recetó dos estocadas más efectistas que efectivas, lo que le valieron sendos despojos. Todos contentos.

Las cuadrillas salvo excepciones no estuvieron a buen nivel, pese haber toreros experimentados en este cuadrilátero, especialmente hubieron pocas precauciones con la salida y entrada de los picadores al albero con el peligro que conlleva.
Los picadores tiraron en exceso de castigo, y alguno se debe de preguntar si de verdad sabe montar y dominar al caballo, en dos días ha dejado evidencia de sus carencias. A buen entedor...

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