3ª de abono de la feria de Fallas. Novillos de Javier Molina, de pobre presentación, defensas escasas, desrazados, descastados, para los novilleros Pascual Javier (palmas y palmas), Sergio Flores (silencio y silencio) y López Simón (oreja y palmas). Un cuarto escaso de entrada. Preside el sr. Juan Moreno.
Muy poca historia hubo ayer en la plaza de toros de Valencia, ante una novillada descastada y sin fondo, llegando sin casi posibilidades a la muleta, las pocas que tenían eran desaprovechadas por los novilleros que o no sabían o no querían buscar lo poco que llevaban dentro los novillos. El único que saco agua del pozo fue López Simón que ante Insigne, el único novillo que llego con más recorrido estuvo en novillero buscando los trofeos más de cara a la galería que por el toreo practicado sobre el albero.
Por lo único que pasara a la historia este festejo fue por tomar el picador de tanda la vuelta al contrario para abreviar tiempo lo que no fue muy bien tomado por la grada, que protestó con insistencia cada salida del picador pero aguantó en silencio incluso aplaudió novillos impropios de una plaza de categoría, incluso se pidió música y se accedió a ello por faenas tan huecas como el comportamiento de los novillos.
Voluntad y firmeza puso Pascual Javier pero su técnica y cualidades son muy escasas y lo mostró delante de sus dos oponentes, donde la principal faena delante de Cucañero era mantenerlo y de Lacerado que empezó apretando en la faena pero se vino a bajo en las primeras tandas, todo quedó en nada.
A Sergio Flores se le vio distante y frío, como la tarde, con todas las facultades que tiene este novillero no las quiso mostrar o no pudo, lo que es más preocupante, aburriendo hasta el cemento que en la tarde de ayer fue excesivamente presente. Para replanteárselo el novillero y su entorno esta actitud y esta disposición.
Si estar en novillero es tirar de parafernalia y de disposición a agradar a la grada, López Simón estuvo en novillero. En su haber las ganas, quietud y temple en la muleta, en su debe la ligazón y la profundidad. Supo aprovechar el novillo con más recorrido, Insigne un colorado lavadito de carnes, que llegó con algo más de recorrido que sus hermanos, y al que tras una faena al uso pasaportó con una estocada caída que le valió una oreja sin más historia. Poco pudo hacer ante Buenavista pero con poco más y una estocadita le podía haber abierto una puerta grande, gracias al público valenciano, con la ley del mínimo esfuerzo.
La vuelta de la discordia |
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