A raíz de 2 entradas sobre tentaderos y la trivialización de la Fiesta en 'Toro, torero y afición' y una extraordinaria reflexión en 'Toros Grada 6', vemos como la decadencia hace tiempo que se inició:
Con las becerras, el panorama de las tientas ha variado radicalmente. Antaño, cuando no existía la preocupación de obtener toros comerciales, lo decisivo para aprobar o desechar a una becerra se cifraba en el comportamiento con el picador. La becerra que flojeaba al acudir al caballo era desechada sin apelación. Ahora esas becerras mansas o de bravura dudosa disponen de un supremo tribunal al que recurrir. Este juez sentenciador definitivo es el torero armado de muleta y de un palitroque como espada. Si la becerra remolona o huidiza del caballo embiste con buenas maneras, sin mover la cabecita, sin brusquedades, sin fiereza, con apacible e incansable arrancada, salva su vida y será la madre de los toritos cuanto más comerciales mejor. Ni el ganadero ni el torero han tomado en consideración lo que ha hecho o dejado de hacer con el caballo. Como obedezca con docilidad a los deseos del torero, merecerá que éste exclame alborozado: "¡Qué buena está! Superior nada más." Y así, con estos juicios tajantes, poco a poco, camada a camada, han ido naciendo los toros comerciales que en las plazas permiten a los toreros que en lugar de torear jueguen al toro entre las aclamaciones del público y el flamear de los pañuelos dispensadores de orejas y rabos.
Paseíllo por el planeta de los toros (1970), Antonio Díaz-Cañabate
3 comentarios:
Es cierto que el toro tiene que ser bravo y acudir al caballo con fijeza y metiendo los riñones, así lo exige y lo contempla los cánones del toreo. Aparte de cumplir en varas cuantas veces entre al caballo según ordena el reglamento dependiendo de la categoría de la plaza, es obvio que se le debe de presumir que tenga la fiereza que su propia casta le obliga a comportase como un verdadero toro bravo. Es una obviedad el pensar las dificultades que encontrará el torero ante un toro con esas características, de ahí que cuando se consigue ligarle ciertas tandas de muletazos indistintamente del pitón que sea, la emoción invade el corazon de los buenos aficionados, no le quiero decir nada si esa tanda bien ligada se hace al natural, entonces no sería difícil ver la plaza convertida en un autentico manicomio.
¿Pero el aficionado quiere siempre ese toro?...Yo tengo mis dudas.
La duda se me presenta cuando toreros de un corte artístico como Morante de la Puebla, hace su toreo de "pellizco" y el aficionado se vuelve loco aplaudiendo y levantándose de sus asientos...¿Se lo está haciendo al toro bravo, encastao y fiero o al torito que sirve para jugar y ponerse bonito?.
Saludos
Víctor Sánchez
Se tienta para el ganadero.
Un tentadero es un tentadero, no es una becerrada. No se va a torear, se va a tentar. A hacer todo aquello que el ganadero desea que sea haga para mostrarle como es el animal, en esas características que anda buscando y/o anda desechando, que le pueden servir para mejorar o para empeorar.
Los caracteres son innumerables, para escribir libros.
Dependiendo lo que ande buscando, a corto plazo, a medio, a largo, para esa reata, para la otra, uff, pa estar dias enteros.
Nadie habla del genio, ESE FANTASMA QUE ANDA POR LAS DEHESAS....amigo intimo de las femorales y de las enfermerias...,¡¡¡mamá hay que miedo!!!!!...sooyy el geniooo y te voy a poner en la andanada......
por favor, esto que no lo lea nadie del grupito muletitas jee. Que los sueños malos vienen mal pa torear.
El caracter mas apestado, la cantidad de tonterias que se han hecho por su culpa.
Es muy difícil hoy dia ver tentar bien.
salu2 del cardeno pequeño
El comentario de Don Víctor, es una verdad tan grande como una catedral, y pone de relieve la poca personalidad de muchos aficionados que no saben lo que quiere y lo que es peor, que no tienen ni idea.
Es curioso como hay algunos aficionados que por estar viendo toros desde muy temprana edad o por tener como muchos dicen "mi archivo personal" archivo que consiste en tener guardadas revistas taurinas de papa, se creen que sus conocimientos taurinos alcanza un nivel superior al de otros aficionados (pobre pensamiento de estos ilusos aficionados) que son los primeros en contradecirse con lo que dicen sobre el toro que exigen con lo que verdaderamente quieren ver.
El ejemplo de Don Víctor, con Morante, lo explica perfectamente. Estos aficionados románticos del arte, que se suelen prodigar mucho por Andalucía y muy especialmente por Sevilla y Jerez, son muy falsos aficionados, no tienen criterio propio, hablan mucho de oído por lo que es muy fácil caer en la contradicción de lo que apuntaban ayer y de lo que dicen hoy.
Y digo yo, cuesta tanto trabajo mantener siempre la misma línea o en esto puede influir ir a remolque de periodistas amigos y prodigar lo que normalmente se conoce como peloteo.
Saludos para todos
Juan Jesús Salas
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