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viernes, 27 de febrero de 2015

Rafaelillo volvio a encontrarse con Trastero

 Si algo tiene de diferente esta santa afición a la tauromaquia es la emoción de unos momentos donde se vive esa lucha entre la fiera y el hombre, entre la fuerza y la inteligencia, entre la bravura de un  toro y la verdad de un torero. Eso llevado a un alto nivel lo vivimos el 27 de julio entre Trastero y Rafaelillo, una tarde de las que se quedan grabadas por siempre en la memoria de un aficionado a los toros, una tarde en la que se te pone la piel erizada, los lagrimales se inflaman, la voz se rompe, ...

Esta tarde hemos podido revivir esos momentos archivados en el cerebro, cuando el matador Rafaelillo ha vuelto a contemplar la cabeza embalsamada de ese toro de Cuadri, herrado con el 18, y la ha tocado con la delicadeza que se acaricia a un ser amado, cuando en el agradecimiento por el homenaje se le ha notado como la emoción surgía en sus palabras, con la felicidad reflejada en su sonrisa.

Todo esto ha sido posible al acto organizado dentro de la VI Setmana Cultural Taurina de Meliana, al esfuerzo de un importante grupo de aficionados al Toro, comandados por Vicente Nogueroles, año tras año consiguen llevar adelante con no poco esfuerzo unas tertulias y coloquios más que interesantes, y sobre todo, el festival benéfico en favor de algún menor con necesidades, que se celebra por abril o mayo en el Tentadero La Paz.  También reciben apoyo por parte del ayuntamiento como es necesario en un pueblo con tan gran afición a los Toros.

Rafaelillo, más feliz que un ocho, junto al taxidermista José Ros, autor de una obra de arte la realizada a la cabeza de Trastero y con un cuadro con el hiero de la H
Trastero, sin los apéncices auriculares, premio de los más justos dados a un matador en la plaza de Toros de Valencia

2 comentarios:

Guillermo Rodriguez dijo...

Estas fotos reflejan el espíritu límpido de la tauromaquia que en personas nobles y de entrega total como Rafaelillo nos renuevan la afición por este antiquísimo arte de lidiar toros bravos....Le vi hace un par de años en Ambato y disfruté con la verdad desnuda de su toreo ( lo apoderaba Dávila Miura )....Luego en Madrid entre la frialdad y el desdén de esa afición a veces tan generosa y a veces tan dura tras jugarse la vida y poner sus muslos como divisa....Tengo una sensación de frescura en el alma con esta crónica cristalina que acabo de leer de ese acto de agradecimiento a u,n torero y a un toro que es tauromaquia pura.
Con mi enhorabuena a todos,
Guillermo Rodríguez,
Bogotá, Colombia

Paco Montesinos dijo...

Muchas gracias por sus palabras, Guillermo.

Un abrazo desde Valencia.