Novena d'Algemesí: ¡Sí, sí, sí esto es Algemesí!

José Arevalo

Esaú Fernández

Ruben Sánchez

9ª y última de la Feria d'Algemesí. Novillos de Guadaira para los novilleros José Arevalo y Esaú Fernández y el rejoneador Ruben Sánchez.
 

Tendido lleno. Presidencia, como manda la tradición de D. José Ramón Garcia, alcalde. Aplaudido por los aficionados, aguantando el tipo y frenando el ambiente festivo de las gradas. Discutible la 2ª oreja de Esaú.

Se lidiarón cinco novillos de Guadaira, el tercero reglamentariamente despuntado. De buena presentación, cómodos de cabeza, muy nobles y a partir de aquí sin fuerza, sin casta, sin raza, sosos, se apagaron muy pronto.

José  Arévalo es un torbellino, atropella la razón, pisa fuerte el acelerador y llega a los tendidos. Le falta pausa y sosiego. Su ebullición le valió para cortar dos orejas.

Esaú Fernández torero enrachado y con un buen concepto del toreo. Templa y baja mucho la mano pero mantiene la pierna retrasada. Sus toros se vinieron abajo y se metió entre los pitones. Dos series con la mano izquierda para recordar. Corto tres orejas.

Ruben Sánchez rejoneador toledano sorteó un manso que se emplazó en el centro del ruedo. Lo mejor lo hizo con un caballo bayo. Su faena se fue diluyendo y al no acertar con el rejón de muerte su labor fue premiada con tímidos aplausos.

Luces: El público de Algemesí que con sus cánticos recordaba la feria de novilladas de Algemesí.
Sombras: Por enésima vez los toreros actuaron en orden diferente al anunciado en la carteleria.
 
Luces: La seriedad de la presidencia en sus dos actuaciones.
Sombras:  Por el decepcionante juego de la novillada, triunfadora el año pasado.
 
Luces: Para la lidia de Ignacio González
Sombras: Para el mayoral de la ganaderia que se dejó sacar a hombros de la plaza. Otros mayorales con mejores animales se quedaron quietecitos.

Luces: Por fín un torero toreó de capote, Esaú Fernández y bajo la mano con la izquierda.
Sombras:  El tercio de varas, inexistente en el dia de hoy, con los picadores de meros espectadores.

LA DIGNIDAD NUNCA SE VENDE                                           ADOLFO CAMPOS