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sábado, 3 de octubre de 2009

Donde más les duele


Foto: Carlos Cazalis for The New York Times

Cada vez que una persona del mundo de  la vanguardia cultural catalana, de reconocidas cualidades artísticas y de ideologías progresistas, nacionalistas, claramente de izquierdas que declare sus ideas a favor de la fiesta de los toros o se deje ver en un tendido de una plaza de toros les debe de doler un montón a todo ese conjunto de gente que están apoyando la abolición de los festejos taurinos en Cataluña, a todo ese conjunto de personas que están confundiendo las corridas de toros como un símbolo de españolidad, de tradiciones castizas y que cree que los toros existen en Cataluña por imperativo legal desde tiempos no tan remotos, y que bajo de la capa de la progresía, del catalanismo y de la cultura (de la que se creen los verdaderos poseedores) intentan aniquilar una parte de libertad a los que no piensan como ellos.

Cuando personas como Pere Gimferrer, (poeta, crítico, traductor, editor)  hace declaraciones a favor de la fiesta y firme el manifiesto a favor de la fiesta, Serrat acompaña a su amigo Sabina a ver a José Tomás (y la gente rompe sus discos), Albert Boadella se declare taurino y publique artículos (uno titulado "Los puritanos" en el 2001)en contra del catalanismo intránsigente, o artistas reconocidos como Miró, Dalí, Barceló  y muchos más, defienden la Fiesta les debe descolocar y cambiar la argumentación también estructurada que llevan tiempo construyendo en  una dudosa defensa de los animales.





La lástima es no haber encontrado Carod-Rovira motivos para decir que las corridas de toros habían nacido en Cataluña, por que entonces todo podía haber cambiado y entonces la Generalitat hubiera apoyado las corridas en todo el Principado, hubiera montado plazas en todos los pueblos, hubieran habido subvenciones "a troche y moche"y hoy en TV3 podríamos ver más toros que en Castilla-La Mancha TV.


Foto: Carlos Cazalis for The New York Times

Como guinda les faltaba el artículo del New York Times, firmado por Michel Kimmelman, crítico de arte, titulado: "En una región de España, un crepúsculo de matadores", donde retrata la situación de la fiesta en Cataluña, analiza sus controversias políticas y habla del impacto mediático de José Tomás en la ciudad condal los últimos años, especialmente les debe de doler ver al matador con la señera catalana en la mano cuando sale a hombros, la seña de identidad que algunos quieren hacer exclusiva de ellos, más nacionalistas y patriotas que nadie y a los que no piensan como ellos enseguida se les tacha con diversos adjetivos (a eso se le llama intransigencia, pero ellos bajo la capa del progresismo y de la intelectualidad intentan parecer los más tolerantes del mundo, es el sino de los tiempos actuales).


Foto: Carlos Cazalis for The New York Times





Lo que sucede es que quieran o no estos dos animales no son  incompatibles, los incompatibles e intolerantes son algunas ideas de algunas personas que para reafirmar sus ideologías excluyen y no suman. 



 

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