Cerramos nuestra temporada taurina con una novillada en la que antes era nuestra plaza, que nos han extirpado a muchos aficionados valencianos, y en la que una vez más, tras habernos engullido toda la feria d'Algemesí, quedan muestras evidentes del poco esperanzador panorama novilleril que a la postre tiene que barrer la rutina del escalafón superior, mostrando más monotonía que esperanza.
Novillada de los festejos del 9 d'Octubre en la plaza de toros de Valencia. En tarde de temperatura agradable, con un cuarto de entrada en los tendidos, con más autobús que los habituales, bajo presidencia del sr. Peris, se lidiaron 6 novillos de los Chospes por los novilleros Jorge Expósito (vuelta tras petición y silencio), Varea (palmas y palmas) y Roca Rey (Vuelta por su cuenta y oreja).
Silencio a la novillada de los albaceteños útreros de los Chospes, más que justitos de presentación, alguno por debajo de los mínimos, faltos de casta, de raza y fondo, que le hacía venirse a menos en las largas faenas de muleta, en el caballo se dejaron y tán solo apretó en dos largas varas Pescadero-29, pero también acabó desfondado. Nobles hasta las trancas, no dieron sensación de peligro, es decir, no transmitieron emoción, unos más ideales para el toreo moderno y cómodo que quieren los 'figuras'.
Silencio para Jorge Expósito, con mucha voluntad pero demasiada carencia de sitio e ideas, nos volvió a ilusionar en una serie con la zurda a su primero, recordandonos tiempos en los que nos ilusionamos, luego se perdió. En su segundo no supo exprimir las embestidas largas y codiciosas hasta que se desfondo a pesar del largo metraje de su faena. Fue prendido en la primera entrada a matar. Para hacerselo mirar por parte de sus mentores.
Palmas al chaval d'Almassora Varea, con el recién estrenado apoderamiento por parte de un productions, nos dejó en su primero evidencias de las maneras que nos hacen esperanzarnos tanto con el capote toreando a la verónica como con la franela, temple, mando, mano baja, trazo largo, buena zurda pero en su debe adolece de las carencias actuales colocación y sitio, y ese pasito falta hacia delante. También tiene que mejorar su manejo con las espadas, tirarse con más convicción. A su segundo un desfondado y desrazado novillo, intentó justificarse pero no hastío, también se debe saber cuando hay que pasaportar al burel.
Palmitas para Roca Rey, peruano avalado por el maestro José Antonio Campuzano, también gusta de mover el capote, no rehuye a quites, firmeza de planta pero con la franela se queda en el que da pases a montón, acompaña y tira de repertorio. Su primero pedía más mando tan sólo tuvo firmeza pero acabó donde quisó el utrero, en chiqueros. A su segundo el que tuvo más fondo y poder tan sólo dio pases cambiados, por detrás hasta que lo levantó, luego demasiada muleta retrasada y viaje corto. Tras estocada tendida cortó una oreja playera.
Palmitas a la corrección de las cuadrillas, a caballo destacó Pedro Manuel Muñoz.
Silencio a una presidencia ejercida por el sr. Peris, que dejó pasar alguna raspa en la novillada, y concedió una orejita playera sobre la campana.
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