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domingo, 21 de abril de 2013

Así que es honrado como el caldo de castañas o la espantada de Castaño


 “Tan honrado é o caldo coma as castañas”: cuando uno echa las culpas al otro y los dos son copartícipes en la travesura.

Cuando servidor y un buen amigo se tragan para ver una corrida-concurso en la ciudad del Ebro, otrora reunión de muchos aficionados del orbe taurino hispánico y galo, lugar de gestas taúricas de hierros (mal llamados) toristas en el depauperado tercio de varas por el taurinismo imperante, más por lo que fue que por lo que podía ser con el único atrayente del cartel del ver al salmantino Castaño, de los pocos que respeta la integridad de la lidia en todos sus tercios acompañado de una cuadrilla que luce y la deja lucir, y observar a eso de la una tomándose una caña que el susodicho matador se había caído del cartel pueden imaginarse la cara de 'gilipollas' (perdonen por la expresión pero es lo que mejor me identifica) que se le queda a uno. Piensas serolada habemus, o sea, taurineos baratos de Serolo.

Más aún cuando se van corriendo rumores y te enteras que el que lo sustituye es el mismo que en un principio aparecia en la terna rechazada por la diputación, cuando ves que por los alrededores de la plaza no aparece ni el Tato, más aún cuando te enteras que el susodicho lidiador quería traerse un condesodelamaza debajo del brazo y el presidente no se lo permite, presentando parte de cagaleras nunca mejor dicho.

Pues pueden ver que a servidor se le empieza a borrar de su resignada paciencia taúrica el lidiador-redentor de la Fiesta muchos pecados que como todos se le podían perdonar, porque no es la primera vez que hace una espantada similar que había olvidado como su no compareciencia en la pasada feria de julio cuando no se presentó en el mano a mano con Fandiño por una lesión y apareciendo al día siguiente en Santander, ninguneando a un plaza como Valencia que le abrió el camino de la temporada, al igual que le había hecho a la afición maña donde le relanzó con una corrida de Cuadri en una feria del Pilar.

Pero nada al torero que algunos lo catalogabamos como figura se le han subido los humos como a las figuritas adoleciendo de los mismos defectos y a lo mejor careciendo de sus virtudes que el tiempo irá destapando. Por eso tiempo al tiempo.

En alguna bitácora taurina se intenta defender lo indefendible porque uno no se puede caer de un cartel presentado un parte médico de cagaleras cuando al día siguiente estará realizando el paseillo en la Maestranza, porque todos sabiamos el tirón taquillero de la corrida, la nula repercusión que podía tener su inclusión en el cartel y un posible triunfo, que al día siguiente tenía compromiso importante por la Sevilla feriante, la calaña que rodea a esta empresa y todos los trejemenejes que rodean a todo este mundillo. Nada de todo esto es motivo para ningunear a una afició maña que no se merece en absoluto lo que esta padeciendo con la situación desesperante de su coso taurino, ni a los pocos aficionados que tirando de afición y de inconsciencia se pegan la panzada de kilometros desde diferentes puntos de la geografía patría y vecina. No tiene perdón.

Al menos el viaje valió la pena al ver ciertos detalles en la corrida, y ser magnificamente recibidos por aficionados maños que ejercieron a la perfección la tarea de anfitriones y poder departir con ellos antes, durante y después de la corrida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Pero quién le mandó a Castaño apuntarse a esto? No tenía ningún sentido. Me consta que uno de sus apoderados, en cuanto la DPZ rechazó los carteles, llamó para ofrecerse. Primer error gravísimo. Castaño tiene ahora mismo su cartel y sus apoderados deben defender su categoríaaa. Entrar por la puerta de atrás en una corrida sin categoría ni por los hierros en general (salvo los hierros del Conde de la Maza y de Ana Romero), y por los compañeros, y sabiendo de esa vergonzosa empresa llamada Serolo, sabiendo que no iba a cobrar más que en palabras y promesas futuras de Feria del Pilar, etc, ¿para qué se ofrece? Luego, el numerito de quitarse a última hora es rizar el rizo del ridículo. No sé si Castaño habrá tomado todas estas decisiones personalmente. Si es así, si yo fuese su apoderado, habríamos terminado "amistosamente". Si por el contrario han sido sus apoderados los que han tomado este cúmulo de decisiones negativas para el torero, Castaño debería darles puerta de manera inmediata, y también "amistosamente". Lo que no pueden es cerrar este petardo en falso.

Paco Montesinos dijo...

Completamente de acuerdo con usted