Foto: Juan Pelegrín (Blog de fotos de Manon) |
Para ver una corrida de toros, es condición indispensable no perder de vista al toro. Es muy importante lo que hace el toro. Donde está el toro, está la corrida. El que solo mira al torero ve la mitad. Hay que mirar al toro y al torero, pero primero al toro. Por él dictó la experiencia de los grandes maestros las reglas de la Tauromaquia, que son las leyes de la gravitación del torero. El toro, no solamente es el protagonista, es el objeto del espectáculo. El espectador que distrae su vista del toro, en aquel instante deja de ver la corrida. Al mirar al toro, no solamente vemos lo que hace el toro, sino lo que hacen con el los toreros. Y relacionando lo que hace el toro y la intervención del torero, que esto es la corrida, juzgamos. Acabamos de definir la lidia. La posibilidad del torero, la da el toro. Y de esto, depende el conocimiento del espectador. No olvidemos esta premisa: El toreo es función del toro.
Cuando suena el clarín, Gregorio Corrochano
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