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miércoles, 5 de febrero de 2014

'Lecciones de Historia Taurina' por Domingo Delgado de la Cámara


Vía: Del toro al infinito

Madrid, 03/02/2014.- Decía Juan Belmonte que en el Toreo siempre suceden las mismas situaciones, lo único que cambia a lo largo de los años, es el nombre de los protagonistas. Tenía mucha razón. Todos los acontecimientos de los últimos meses, ya se dieron en el pasado con otros toreros. Si causan asombro, es porque el aficionado actual es muy inculto y lo ignora todo de la Historia del Toreo. Pero para quien sí la conoce, todo tiene un aire de “deja vú”, de ya visto anteriormente. Aquello de que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla, viene pintiparado para la ocasión.

En al año 1909 Machaquito y Bombita no torearon la temporada madrileña por el pleito de “las escrituras abiertas”. En el fondo sólo se trataba de una sórdida cuestión de dinero, aspiraban a una cotización que Indalecio Mosquera, el empresario de Madrid, no estaba dispuesto a pagar. Así que este buen señor, tuvo que confeccionar la temporada con toreros de segunda fila. En ese momento Vicente Pastor, Rodolfo Gaona, Rafael el Gallo y Bienvenida padre, se pusieron en figuras del toreo. Así que cuando Machaco y el Bomba volvieron al ruedo madrileño, se vieron obligados a compartir el pastel con las figuras surgidas en su ausencia. En cuanto al pleito, el empresario se salió con la suya. A partir de entonces ha sido el empresario el que decide la sustitución de un torero herido, porque era un abuso que la figura cobrara la corrida que no toreaba mientras mandaba a un tercera fila a sustituirle.

Digo todo esto porque no se va a hundir el mundo porque “los cinco latinos” no toreen la Feria de Sevilla de 2014. Aquí nadie es imprescindible. Y quien sabe, a lo mejor surgen de esta feria los dos o tres toreros nuevos que tanto necesitamos. Si la Empresa Pagés, lograra un acuerdo con el deseado de Galapagar, en ese momento, nadie se acordaría de “los cinco latinos”...aunque conociendo al deseado, lo veo en globo. “Los cinco latinos” juntos no le llegan a Manolete ni al lazo de la zapatilla. Pues bien, cuando se murió Manolete, la Fiesta continuó, y al poco tiempo, todos se apasionaban con Litri y Aparicio. Otro tanto podemos decir de los inicios de los años veinte, falleció Gallito y se retiró Belmonte, rápidamente la generación de la Edad de Plata prosiguió con la tarea. En el Toreo, nadie es imprescindible. Que tomen nota.

Una cosa que me sorprende de los comunicados de “los cinco latinos” es que se ataca a los empresarios, pero no a los maestrantes. Curioso, porque todos sabemos que los maestrantes, como propietarios del coso, son los principales responsables del desastre sevillano, cobrando un piso de plaza abusivo. Se trata de una institución opaca y anacrónica, a la que sin embargo no atacan, ellos que se dicen tan partidarios de la justicia y la transparencia. Intuyo que el principal promotor del enfrentamiento es Morante, que quiere mandar en Sevilla mas que el empresario. El vil metal, el querer ganar mucho mas de lo que hasta ahora ha cobrado, debe estar en el fondo del asunto. 
A Manzanares también le conviene no ir a Sevilla este año, después del fracaso del año pasado. Es mejor estar una temporadita en la nevera. 
El Juli se suma a la revuelta, porque quiere gobernar el toreo y para eso hay que desmontar del caballo a los empresarios. 
Perera y Talavante, que no van a sacar nada bueno de todo esto, hacen caso de su amiguete El Juli. Estupendo. Quien debe estar encantado es José Antonio Martínez Uranga. Porque si quieren hacer una temporada creíble, si no van a Sevilla, están obligados a ir a Madrid. Los tiene en sus manos.

El Juli quiere mandar en el toreo, pero le puede pasar lo que a Guerrita. Los toreros están para torear y no para hacer política taurina. Y cuando soberbiamente, quieren imponer su dictadura, suelen acabar muy mal. La gente termina cansándose de los abusos, las imposiciones, los fraudes...A Guerrita lo echaron, los últimos años de Gallito y Manolete fueron muy amargos. Manolo Martínez, el gran tirano del Toreo Mexicano terminó su carrera tan mal como Guerrita. 
Las actitudes soberbias y altaneras terminan siendo aborrecidas por el público. Fue el público quien echó a Guerrita cuando estaba en la cumbre de su carrera. Luis Miguel Dominguín también sabía mucho de esto, la soberbia acabó costándole la carrera. Se creyeron el centro de la Fiesta, pensaron que todos debían hacerles reverencias. Y no es así. Mas importante que el torero es el toro. Este es el auténtico protagonista de la Fiesta. Sin toro no hay torero. Y también es importante el empresario. Si no hay un señor dispuesto a jugarse su dinero organizando corridas, el torero no tiene posibilidad de torear. Y encima de todos está el público soberano, que sostiene todo el tinglado con su dinero. Por tanto, el torero está para servir y satisfacer al público que es quien debe mandar en la Fiesta, para eso paga. Todas estas verdades de Perogrullo debería tenerlas en cuenta El Juli.

Las actitudes dictatoriales de las figuras del toreo, siempre han sido acogidas con desconfianza por parte de los aficionados. Saben que cuando los toreros mandan, se resiente el trapío y la pujanza del toro, se desvirtúa el toreo. No es bueno que las figuras manden. Por otra parte, los toreros antiguos siempre decían que el último duro debe llevárselo el empresario. Lógico, si quien organiza festejos taurinos no obtiene beneficios, dejará de organizarlos. La codicia de ciertas figuras puede romper el saco. En estos tiempos convulsos, señor Juli, lo que conviene es la mesura y el buen juicio.

Sin duda, la figura mas sensata de estos últimos veinticinco años es Enrique Ponce. Se parece mucho a Lagartijo y a Armillita padre, no sólo por su fantástico historial y su poderío con los toros, también por la prudencia con que ha dirigido su carrera, sin abusar de su situación de privilegio, toreando todo lo que ha hecho falta, no vetando a nadie y haciendo los favores que era necesario hacer. Esta actitud generosa y prudente, calculada a largo plazo y con altas miras, en el fondo es mucho mas inteligente y beneficiosa para la Fiesta, que el constante aireo de agravios y la conflictividad permanente.

Claro que, el ejemplo del deseado de Galapagar ha sido nefasto. Todos quieren sus mismos privilegios y sinecuras. Sorprende que El Juli quiera seguir su estela. No se da cuenta que su camino es precisamente el contrario. El día que el deseado mató seis toritos en la gala matinal de Nimes, el Juli por la tarde, tendría que haber matado seis toros-toros de Victorino para poner énfasis en su poderío y marcar distancias. Si el deseado torea tres al año, yo cien, para que se vea quien tiene motor y quien no. Si el deseado hace una temporada periférica lejos de las grandes plazas, yo toreo todas las ferias de primera categoría... Sin embargo, El Juli de mayor quiere ser como el deseado, sin darse cuenta que el es un torero de fondo y cuerda larga. El Juli emociona con el toro poderoso, con el torito luce la mitad. Todavía no se ha dado cuenta. Ahora quiere hacer una minitemporada a la galapagareña, No se da cuenta que el deseado se lo puede permitir porque tiene una clase y una personalidad de las que él carece. Las armas de Julián son el poderío frente al toro-toro y las hazañas en las plazas grandes, mientras que el deseado ha hecho de la necesidad virtud porque no puede prodigarse. El otro día escuché a una iluminada que el toreo entrará en una decadencia inevitable cuando se retire el deseado. Hombre, pese a lo que diga su legión se sahumadores y turiferarios, quien está en decadencia es precisamente el deseado, por eso no se prodiga, porque no puede. Cuando un torero mide sus compromisos, es que le está fallando el motor. Siempre fue así. Lo sorprendente es que un señor que tiene motor de sobra, no lo aproveche. Cosas veredes, amigo Sancho...

Y la última noticia. Pasada la Feria de Sevilla y San Isidro, Joselito Arroyo reaparece por un día en Istres. Está claro que no encaja el anonimato del torero retirado. No hace mucho dictó una autobiografía con ajuste de cuentas retroactivo a Espartaco y Enrique Ponce, pero sin toro enfrente. Ahora reaparece, de momento por un día. Que se lo piense bien, pocas reapariciones han salido bien a lo largo de la historia, él mismo sabe algo sobre esto. A mí estas corridas especiales, estos festivales vestidos de luces siempre me han traído al fresco. La auténtica Fiesta tiene lugar en otros escenarios. Madrid, Sevilla, Bilbao, Pamplona son las plazas que me interesan. No me van a pillar en una goyesca de Ronda, quizá el espectáculo mas frívolo e insustancial de toda la temporada. Y admiro a Francia por muchas cosas, pero no por Nímes. Los cursis acontecimientos con el medio toro que tienen lugar en Nímes, siempre me han dejado indiferente. Nímes es una plaza triunfalista y facilona parecida a las plazas del levante español, con la única diferencia que los franceses lo saben vender y los levantinos no. La diferencia está en el “glamour” y el “savoir faire”, pero no en el fondo del asunto: medio toro y triunfalismo. Las plazas verdaderamente importantes siguen siendo las de siempre. Y que no me vendan paraísos artificiales.

Ya termino. Cuando menudean las broncas entre las figuras y la patronal, cuando las figuras escurren el bulto buscando el medio toro y el público fácil, es que están ya en su ocaso profesional. Siempre ocurrió así a lo largo de la historia. Pero no se preocupen, que ya llegaran otros a ocupar ese lugar. Ha llegado la hora de Juan del Álamo, Fandiño, Jiménez Fortes, Paco Ureña...y otros que todavía son novilleros. Es cierto que la fiesta tiene problemas muy graves y su futuro es incierto, pero por las pataletas de las figuras no se va a morir.

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